El Ponte Vecchio o “Puente Viejo” de Florencia fue probablemente uno de los primeros puentes que cruzaban el río Arno. Por tanto, su historia no es sencilla. Fue destruida en 1345 y reconstruida de nuevo. Durante la Segunda Guerra Mundial fue el único puente sobre el río Arno de la zona que no fue derribado por los alemanes que huían (¿fue una estrategia o les dio pena?). Ahora es uno de los iconos de la Toscana. ¿A qué influencia debe este puente su carácter actual?
Al parecer, el primer puente en este lugar se construyó hacia el año 966. Sin embargo, fue destruido y reconstruido de nuevo en el siglo XIV. El Ponte Vecchio debe su carácter simétrico a los arquitectos de la orden dominica. Algunos historiadores atribuyen la construcción al amor de los dominicos por las proporciones y los números.
En sus orígenes, el Ponte Vecchio de Florencia tenía una función defensiva. Sin embargo, con el tiempo, los edificios del propio puente pasaron a servir a los mercaderes, que convirtieron los anteriores locales defensivos en salas de comercio. Estos mercaderes vendían principalmente pescado y otras mercancías con un olor bastante desagradable. Hasta 1593, cuando Fernando I (harto del olor) declaró que sólo los comerciantes de oro y joyería podían comerciar en el Ponte Vechio. Fue a partir de esta época cuando el puente empezó a adquirir su carácter actual. Las tiendas se reconstruyeron para su nueva función. Los talleres de los joyeros estaban diseñados a modo de baúles para objetos de valor.
Este carácter de mercader y joyero del Ponte Vecchio de Florencia se percibe mejor al anochecer -o incluso mejor- antes del amanecer. Las joyerías están iluminadas por la luz dorada de los faroles, y los elementos de madera de los expositores son un recuerdo de la antigua gloria de Florencia.