¿Cómo acabamos en la Universidad de Maynooth? Pues bien, en agosto de 2023, Daria y yo nos embarcamos en nuestra aventura irlandesa, pisando la Isla Esmeralda por primera vez. Nuestro viaje comenzó en Dublín, para continuar hacia los emblemáticos Acantilados de Moher. A lo largo de nuestro viaje, el tiempo nos mantuvo en vilo con repentinos chubascos y breves momentos de sol, desafiándome a la hora de captar mis fotografías ideales.
En nuestro último día, el siempre cambiante cielo irlandés captó nuestra atención mientras conducíamos de vuelta a Dublín para tomar nuestro vuelo a Portugal. Con su mezcla de nubes y ocasionales rayos de sol, parecía una obra de arte. Recordando lo que había aprendido sobre la Universidad de Maynooth al leer sobre Dublín, me sentí obligada a visitarla. Al fin y al cabo, se encuentra a sólo unos 25 km de la capital.
El hambre sincronizó perfectamente nuestra llegada a Maynooth. Daria nos encontró un restaurante local estupendo en la ciudad universitaria. Luego, tras un abundante almuerzo y deleitarnos con un postre, esperamos brevemente a que una nube de lluvia pasajera siguiera su camino.
Visita a la Universidad de Maynooth
Cuando dejó de llover, nos dirigimos rápidamente al campus sur de la Universidad de Maynooth. La calma de una tarde de sábado de agosto hacía que el campus estuviera tranquilo, lo que permitía ver con claridad sus edificios históricos. Desde la plaza de San José, el majestuoso Paraninfo de la Universidad y la notable capilla de la Universidad Pontificia de San Patricio se erguían uno junto al otro. El cielo era de un azul vibrante con nubes blancas dispersas, mientras que, a ras de suelo, la hierba verde y fresca y las rosas rojas y brillantes pintaban una escena llena de vida. El camino iluminado por el sol parecía una invitación abierta a profundizar en esta famosa institución irlandesa.
Cada rincón del campus sur hablaba del legado y la tradición de la Universidad de Maynooth. A medida que explorábamos más, comprendimos por qué se celebra no sólo como institución educativa, sino también como monumento del patrimonio irlandés.
Al capturar esta escena, me sentí agradecida por la oportunidad de presenciar y fotografiar una parte tan esencial del paisaje educativo e histórico de Irlanda.