Sólo hay una cosa mejor que captar una foto panorámica de una capital con montañas al fondo. ¿Qué dirías que es? Es tener un restaurante en lo alto de ese edificio, disfrutar de un poco de vino y ver cómo se ilumina el cielo. Sofía, la capital de Bulgaria, parece estar en el lugar perfecto para tales veladas.
Se supone que en Bulgaria hay unas 37 montañas. En sólo una hora de coche, puedes llegar al menos a 20 de ellas desde Sofía. Muchos de ellos ofrecen rutas de esquí y, en los meses más cálidos, se recomienda hacer rutas de senderismo: se dice que la diversidad de los caminos es asombrosa. Hay plantaciones de lavanda en los valles búlgaros, campos de rosas, senderos en bosques como los de los cuentos de Grimm y muchos otros monasterios encantadores en las laderas de las montañas.
Este fin de semana de otoño lo pasamos principalmente en Sofía, pero mientras contemplaba esta alucinante puesta de sol tras las montañas cercanas a la capital de Bulgaria, me prometí a mí misma que volvería muy pronto para descubrir la naturaleza de este país.
