Praga es un lugar muy especial para mí. He estudiado allí y conocí a Daria en esta ciudad. Cada vez que estoy en la capital de la República Checa descubro una nueva composición, una nueva vista o una vista antigua, pero con un aspecto diferente según el día y la luz. La vista desde la Torre del Puente de Carlos fue sin duda algo original para mí.
Praga, más que una ciudad medieval
Los aficionados a la historia sabéis que Praga fue capital del reino de Bohemia. También ha servido como residencia principal de los emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico. Praga fue una parte clave del Imperio Austrohúngaro y un lugar importante para la Monarquía de los Habsburgo. Esta historia tuvo su impacto en la arquitectura de la ciudad. Además, Praga permaneció casi intacta durante la Segunda Guerra Mundial, lo que dio lugar a que muchos edificios de distintas épocas se mantengan en pie hasta hoy. Como el famoso Puente de Carlos, que es una visita obligada en Praga.
Torre del Puente de Carlos desde el lado de la Ciudad Vieja
El Puente de Carlos tiene dos torres: una del lado del casco antiguo y otra del barrio de Mala Strana. Éste, más cerca del casco antiguo, está abierto a los visitantes. En un principio, pensaba hacer fotos sólo del puente, pero había demasiados turistas. Así que subí con la esperanza de tener una buena composición desde la torre, donde tuviera la vista de la ciudad y la puesta de sol juntas en una sola toma. Justo cuando el sol empezaba a ponerse detrás del Castillo de Praga, me fijé en una ventana abierta y en los colores del cielo del final de la tarde. ¡Una composición perfecta!