Una vez me dijeron que ésta sería una foto estupenda para ilustrar una oferta de seguro de vida y, francamente, al observar esta foto, creo que hay algo de verdad en esta afirmación. Aunque no suelo hacer fotografías como ésta, de alguna manera, no he podido resistirme a compartirla contigo.
El día de nuestro aniversario de boda, fuimos en coche a las montañas de Anaga, en Tenerife. Después de un día caminando por la montaña, estábamos completamente hambrientos, así que nos dirigimos al pueblo más cercano para comer algo. Se trataba de Bajamar, una región famosa por sus piscinas abiertas, llenas de agua procedente de las olas del océano.
Ese día las olas eran enormes. Observamos asombrados; hipnotizados con los ritmos desde la vista de nuestro restaurante. En este restaurante también había una familia joven que se fue con nosotros. Cuando paseaba por las piscinas abiertas al atardecer, vi a una familia de pie bajo el faro de Bajamar.
Era evidente que no les afectaba la altura del agua que chapoteaba tras ellos. En un momento, el padre levanta a su hijo en el aire. Era uno de esos momentos mágicos, que pedían a gritos una captura inmediata. Tras tomar esta imagen, desaparecieron de la plataforma.