La iglesia de peregrinación de Wies no está situada en el centro de una gran ciudad y no es un lugar tan obvio para visitar. Cuando llegues al lugar, incluso te parecerá que estás en medio de un campo. Sin embargo, innumerables turistas acuden a este lugar cada año. La iglesia es una verdadera joya del rococó bávaro y está asociada a una misteriosa historia.
El 14 de junio de 1738, Maria Lori, vecina del pueblo de Wies, observó que la estatua de madera de Cristo flagelado derramaba lágrimas de sangre. Pronto, la estatua se convirtió en objeto de culto y empezaron a llegar a Wies peregrinos de Alemania, Austria, Bohemia e Italia. Para hacer frente a la afluencia de visitantes, el convento local y los residentes cercanos decidieron construir un santuario.
En 1983, la iglesia de peregrinación de Wies fue inscrita en la lista del patrimonio de la UNESCO. Por esta razón, Nico no quería dejar pasar la oportunidad de viajar a este pueblo. Cuando llegamos al lugar, el cielo estaba nublado. Sin embargo, cuando empezamos a buscar un lugar adecuado para hacer una foto, el tiempo cambió de repente, casi como por un deseo.