La iglesia de Santa María de Belém y el Monasterio de los Jerónimos, son los mejores ejemplos del estilo gótico manuelino portugués. Aunque llevan estilos arquitectónicos similares, en nuestro mundo moderno actual, la iglesia y el monasterio tienen una experiencia bastante contrastada.
Estilo Iglesia de Santa María
Visitamos el Monasterio de los Jerónimos y la Iglesia de Santa María de Belém en una mañana. Por eso tenemos que levantarnos antes del amanecer para captar Lisboa. Estábamos muy optimistas por ser los primeros turistas en visitar el monasterio. Pero para nuestra sorpresa, una hora antes de que se abrieran las puertas, había muchos turistas.
Sobre todo, el sitio atrajo a mucha gente. El “Mosteiro dos Jerónimos” llegó a ser una maravilla única con todas las callejuelas y columnas de estilo manuelino. Las amplias salas fueron antaño hogares de monjes. Tras abandonar los vívidos pasillos, sentimos la necesidad de permanecer un momento en un entorno tranquilo. Por ello, dirigimos nuestros pasos hacia la Iglesia de Santa María de Belém. Situado frente al monasterio.
Cuando entramos, casi nos golpea el silencio.
Mientras tanto, la iglesia de Santa María no estaba abierta a los visitantes. Pero los guardias nos permitieron entrar, con la condición de que Nico apagara el flash y el sonido del obturador de su cámara. Cuando nos acercamos al altar, sólo había unos pocos orantes sentados en los bancos delanteros, así que intentamos permanecer quietos en la medida de lo posible para no distraerlos.
Esta iglesia, Santa Maria de Belém, es conocida por las tumbas de Vasco da Gama y Luís de Camões. Sin embargo, lo que nos llamó inmediatamente la atención fue sobre todo el techo. Los pilares de la iglesia “crecían” en ella y se parecían mucho a un árbol. Los lazos del tejado nos recordaban, al igual que los dibujos de las venas, a una hoja.
En conclusión, en este lugar encontramos la paz y nos fuimos felices.