Los portugueses son conocidos por su afición a los descubrimientos.
Portugal fue uno de los países donde nacieron los principales navegantes y exploradores. Estos marineros tenían que encontrar el camino de vuelta a casa tras largas excursiones, y así es como los faros llegaron a ser puntos de referencia tan importantes en las ciudades costeras.
El Faro de Porto Felgueiras está situado en la desembocadura del Duero, justo antes de que el río entre en el océano Atlántico. Debido a la cercanía del océano, a menudo las olas se hacían enormes. En una ocasión, dimos un paseo por esta parte de Oporto y entramos en el muelle que lleva al Faro de Felgueiras. Era un día soleado y el océano parecía relativamente tranquilo, pero de repente grandes olas chocaron contra la orilla, dejándonos completamente empapados. Sólo puedo imaginar lo peligroso que sería el tiempo en ocasiones. Un amigo nos informó más tarde de que las olas podían empujar a una persona incluso dentro del océano. Desde entonces, hemos sido más cautelosos a la hora de entrar en esta parte concreta, debido a las impredecibles condiciones meteorológicas.
Un año después, tras empaparnos con el agua del océano, volvimos a visitar el Faro de Porto Felgueiras. Las olas no eran tan altas, y tuvimos mucha suerte de ver esta deslumbrante puesta de sol sobre el muelle. Nico tardó un rato en captar el camino sin visitantes, pero sentarse en la playa a esperar una toma perfecta y recibir el último calor del sol, tampoco fue una tragedia.