Cuando conoces un poco el Algarve y piensas en Albufeira, automáticamente te viene a la mente la connotación “turismo”. Sí, Albufeira es un destino turístico muy animado. Pero en invierno, puedes disfrutar de la playa casi vacía al atardecer. Y los edificios blancos de la ciudad brillan con esta luz cálida y sugieren una visita a uno de los restaurantes locales.
Albufeira en invierno
Se dice que Albufeira estuvo habitada en tiempos prehistóricos. Las primeras construcciones primitivas datan de la época romana. Sin embargo, fueron los moriscos quienes más influyeron en el desarrollo de la ciudad. Construyeron un sistema de murallas defensivas que les permitió mantener Albufeira en su poder mucho más tiempo que otras zonas de Portugal. Los moriscos también influyeron mucho en el desarrollo de la agricultura de la zona. Utilizaban inventos de la época como el arado y los abonos artificiales. Construyeron sistemas de riego para regar los campos y transformaron terrenos baldíos en jardines y huertos.
Hoy Albufeira no es conocida por la agricultura, sino sobre todo por el turismo. Según algunos datos, el número de habitantes aumenta de unos 14.000 a 300.000 durante la temporada estival. Entonces, ¿por qué no visitarla en invierno?