El Barrio Gótico de Barcelona es un tesoro laberíntico de historia, arquitectura y cultura, que abarca desde la época romana hasta nuestros días. Sus callejuelas empedradas y sus grandes plazas han sido testigos de los pasos de artistas como Picasso, y sigue cautivando a viajeros de todo el mundo. Mi viaje de vuelta a este distrito magnético después de nueve años fue tanto un viaje por el carril de los recuerdos como un redescubrimiento de un amor olvidado. Armada con mi Nikon -irónicamente, por última vez como cámara principal-, estaba dispuesta a capturar el barrio en su quietud, sus momentos tranquilos antes de que la ciudad se despertara.
El Barrio Gótico: una historia que merece la pena explorar
Situado en el corazón del distrito de Ciutat Vella de Barcelona, el Barrio Gótico se extiende desde La Rambla hasta Via Laietana, con el paseo marítimo mediterráneo a un lado y la Ronda de Sant Pere al otro. Aunque el barrio encierra restos de las murallas romanas de Barcelona y varios hitos medievales, gran parte de su aspecto actual se debe a las obras de restauración llevadas a cabo a finales del siglo XIX y principios del XX. Esto se hizo especialmente evidente en maravillas arquitectónicas como el Pont del Bisbe, un puente neogótico construido en la década de 1920, obra del arquitecto catalán Joan Rubió i Bellver. A pesar de ser una creación moderna, el puente encierra el estilo gótico flamígero, con techos abovedados y tracerías de piedra.
Puente del Bisbe: Una foto vale más que mil pasos
La fotografía muestra la callejuela que conduce al Puente del Bisbe, captada a la luz dorada de las farolas del amanecer, con el cielo empezando a adquirir sus primeras tonalidades de la mañana. El puente se yergue en un momento de serenidad, invitando a la contemplación. La foto es el resultado de despertarme antes del amanecer y pasear por las callejuelas prácticamente vacías del Barrio Gótico, algo que ansiaba hacer desde mi primera visita en 2014.
Daria y yo visitamos Barcelona por primera vez en 2014 y nos enamoramos al instante de la ciudad. Incluso barajamos la idea de trasladarnos de Berlín a Barcelona. Sin embargo, la vida tenía otros planes para nosotros. Encontramos un nuevo amor en Lisboa, donde finalmente nos trasladamos en 2019. Volver a Barcelona después de tantos años fue como reencontrarse con un viejo amor. Esta vez, al alojarnos en un hotel junto a la Catedral de Barcelona, tuvimos la oportunidad perfecta para explorar a fondo el Barrio Gótico.